Miedo

domingo, 9 de agosto de 2009


En los últimas semanas nos hemos enfrentado varias veces al miedo de ver a nuestro hijo Daniel sufrir por diversos accidentes.

Primero fue que se metió un caracol en la nariz, después una caída hizo que se rompiera el labio y una paleta se cayó a los 2 días y ayer cayó con tan mala suerte que se dio en la cabeza con una piedra haciéndose un buen chichón en la frente y arañándose casi toda la nariz y parte de la mejilla.

Situaciones límite a la que nos hemos enfrentado con dudosa fortaleza sus padres. Las hemos vivido con mucha angustia y se nos ha quedado el cuerpo en vilo muchos días, casi no hemos salido del chock aún.

Hoy después de una noche larga de despertarme a mirarlo muchas veces para comprobar que estaba bien, siento que quizá estamos pagando las consecuencias.

Las consecuencias de haberlo tenido demasiado"protegido", de no haberlo dejado ir descubriendo su cuerpo y sus propias habilidades paso a paso. Quizá no conoce sus límites físicos y ahora que comenzamos a tomar conciencia de ello e intentamos cambiar nuestra actitud se está topando de golpe con ellos.

Me pregunto, ¿es demasiado tarde y demasiado peligroso dejarlo ahora descubrirlos por si mismo o será más peligroso que lo haga aún mayor? Sólo sé que no podemos enfrentarnos a esto muchas más veces, de hecho creo que lo de ayer nos va a marcar por bastantes días, pero también creo que la reacción es contraproducente, lo que no sé es si va a poder ser evitable.

Sé que todo te hace crecer, espero no dejarme vencer por el miedo y que el miedo no se instale en nosotros mucho tiempo.

Declaración sobre el llanto de los bebés

martes, 16 de junio de 2009


Hombres y mujeres, científicas y profesionales que trabajamos en distintos campos de la vida y del conocimiento, madres y padres preocupados por el mundo en el que nuestros hijos e hijas van a crecer, hemos creído necesario hacer la siguiente declaración:


Es cierto que es frecuente que los bebés de nuestra sociedad Occidental lloren, pero no es cierto que sea normal. Los bebés lloran siempre por algo que les produce malestar: sueño, miedo, hambre o, lo más frecuente y que suele ser causa de los anteriores, la falta del contacto físico con su madre u otras personas del entorno afectivo.


El llanto es el único mecanismo que los bebés tienen para hacernos llegar su sensación de malestar, sea cual sea la razón del mismo; en sus expectativas, en sucontinuum filogenético no está previsto que ese llanto no sea atendido, pues no tienen otro medio de avisar sobre el malestar que sienten ni pueden por sí mismos tomar las medidas para solventarlo.


El cuerpo del bebé recién nacido está diseñado para tener en el regazo materno todo cuanto necesita, para sobrevivir y para sentirse bien: alimento, calor, apego. Por esta razón, no tiene noción de la espera, ya que estando en el lugar que le corresponde, tiene a su alcance todo cuanto necesita. El bebé criado en el cuerpo a cuerpo con la madre desconoce la sensación de necesidad, de hambre, de frío, de soledad, y no llora nunca. Como dice la norteamericana Jean Liedloff, en su obra "El Concepto del Continuum", el lugar del bebé no es la cuna ni la sillita ni el cochecito, sino el regazo humano. Esto es cierto durante el primer año de vida y los dos primeros meses de forma casi exclusiva (de ahí la antigua famosa cuarentena de las recién paridas). Más tarde, los regazos de otros cuerpos del entorno pueden ser sustitutivos durante algún rato. El propio desarrollo del bebé indica el fin del periodo simbiótico: cuando se termina la osificación y el bebé empieza a andar. Entonces, empieza poco a poco a hacerse autónomo y a deshacerse el estado simbiótico.


La verdad es obvia, sencilla y evidente.


El bebé lactante toma la leche idónea para su sistema digestivo y además puede regular su composición con la duración de las tetadas, con lo cual el bebé criado en el regazo de la madre no suele tener problemas digestivos.


Cuando la criatura llora y no se le atiende, llora con más y más desesperación porque está sufriendo. Hay psicólogos que aseguran que cuando se deja sin atender el llanto de un bebé más de tres minutos, algo profundo se quiebra en la integridad de la criatura, así como la confianza en su entorno.


Los padres, que hemos sido educado en la creencia de que es normal que los niños lloren y de que hay que dejarles llorar para que se acostumbren y que, por ello, estamos especialmente insensibilizados para que su llanto no nos afecte, a veces no somos capaces de tolerarlo. Como es natural si estamos un poco cerca de ellos, sentimos su sufrimiento y lo sentimos como un sufrimiento propio. Se nos revuelven las entrañas y no podemos consentir su dolor. No estamos del todo deshumanizados. Por eso, los métodos conductistas proponen ir poco a poco, para cada día aguantar un poquito más ese sufrimiento mutuo. Esto tiene un nombre común, que es la administración de la tortura, pues es una verdadera tortura la que infligimos a los bebés, y a nosotros mismos, por mucho que se disfrace de norma pedagógica o pediátrica.


Varios científicos estadounidenses y canadiense (biólogos, neurólogos, psiquiatras, etc.), en la década de los noventa, realizaron diferentes investigaciones de gran importancia en relación a la etapa primal de la vida humana. Demostraron que el roce piel con piel, cuerpo a cuerpo, del bebé con su madre y demás allegados produce unos moduladores químicos necesarios para la formación de las neuronas y del sistema inmunológico. En definitiva, que la carencia de afecto corporal trastorna el desarrollo normal de las criaturas humanas. Por eso los bebés, cuando se les deja dormir solos en sus cunas, lloran reclamando lo que su naturaleza sabe que les pertenece.


En Occidente se ha creado en los últimos 50 años una cultura y unos hábitos, impulsados por las multinacionales del sector, que elimina este cuerpo a cuerpo de la madre con la criatura y deshumaniza la crianza. Al sustituir la piel por el plástico y la leche humana por la leche artificial, se separa más y más a la criatura de su madre. Incluso se han fabricado intercomunicadores para escuchar al bebé desde habitaciones alejadas de la suya. El desarrollo industrial y tecnológico no se ha puesto al servicio de las pequeñas criaturas humanas, llegando la robotización de las funciones maternas a extremos insospechados.


Simultáneamente a esta cultura de la crianza de los bebés, la maternidad de las mujeres se medicaliza cada vez más; lo que tendría que ser una etapa gozosa de nuestra vida sexual, se convierte en una penosa enfermedad. Entregadas a los protocolos médicos, las mujeres adormecemos la sensibilidad y el contacto con nuestros cuerpos, y nos perdemos una parte de nuestra sexualidad: el placer de la gestación, del parto y de la exterogestación, lactancia incluida. Paralelamente las mujeres hemos accedido a un mundo laboral y profesional masculino, hecho por los hombres y para los hombres, y que por tanto excluye la maternidad; por eso la maternidad en la sociedad industrializada ha quedado encerrada en el ámbito privado y doméstico. Sin embargo, durante milenios la mujer ha realizado sus tareas y sus actividades con sus criaturas colgadas de sus cuerpos, como todavía sucede en las sociedades no occidentalizadas. La imagen de la mujer con su criatura tiene que volver a los escenarios públicos, laborales y profesionales, so pena de destruir el futuro del desarrollo humano.


A corto plazo parece que el modelo de crianza robotizado no es dañino, que no pasa nada, que las criaturas sobreviven; pero científicos como Michel Odent (1999 y www.primal-health.org), apoyándose en diversos estudios epidemiológicos, han demostrado una relación directa entre diferentes aspectos de esta robotización y las enfermedades que sobrevienen en la edad adulta. Por otro lado, la violencia creciente en todos los ámbitos tanto públicos como privados, como han demostrado los estudios de la psicóloga suizo-alemana Alice Miller (1980) y del neurofisiólogo estadounidense James W. Prescott (1975), por citar sólo dos nombres, también procede del maltrato y de la falta de placer corporal en la primera etapa de la vida humana. También hay estudios que demuestran la correlación entre la adicción a las drogas y los trastornos mentales, con agresiones y abandonos sufridos en la etapa primal. Por eso, los bebés lloran cuando les falta lo que se les quita; ellos saben lo que necesitan, lo que les correspondería en ese momento de sus vidas.


Deberíamos sentir un profundo respeto y reconocimiento hacia el llanto de los bebés, y pensar humildemente que no lloran porque sí, o mucho menos, porque son malos. Ellas y ellos nos enseñan lo que estamos haciendo mal.


También deberíamos reconocer lo que sentimos en nuestras entrañas cuando un bebé llora; porque pueden confundir la mente, pero es más difícil confundir la percepción visceral. El sitio del bebé es nuestro regazo; en esta cuestión, el bebé y nuestras entrañas están de acuerdo, y ambos tienen sus razones.


No es cierto que el colecho (la práctica de que los bebés duerman con sus padres) sea un factor de riesgo para el fenómeno conocido como muerte súbita. Según The Foundation for the Study of Infant Deaths, la mayoría de los fallecimientos por muerte súbita se producen en la cuna. Estadísticamente, por lo tanto, es más seguro para el bebé dormir en la cama con sus padres que dormir solo (Angel Alvarez www.primal.es).


Por todo lo que hemos expuesto, queremos expresar nuestra gran preocupación ante la difusión del método propuesto por el neurólogo E. Estivill en su libro "Duérmete Niño" (basado a su vez en el método Ferber divulgado en Estados Unidos), para fomentar y ejercitar la tolerancia de los padres al llanto de sus bebés. Se trata de un conductismo especialmente radical y nocivo teniendo en cuenta que el bebé está aún en una etapa de formación. No es un método para tratar los trastornos del sueño, como a veces se presenta, sino para someter la vida humana en su más temprana edad. Las gravísimas consecuencias de este método, han empezado ya a ponerse de manifiesto.


Necesitamos una cultura y una ciencia para una crianza acorde con nuestra naturaleza humana, porque no somos robots, sino seres humanos que sentimos y nos estremecemos cuando nos falta el cuerpo a cuerpo con nuestros mayores. Para contribuir a ello, para que tu hijo o tu hija deje de sufrir YA, y si te sientes mal cuando escuchas llorar a tu bebé, hazte caso; cógele en brazos para sentirle y sentir lo que está pidiendo. Posiblemente sólo sea eso lo que quiere y necesita, el contacto con tu cuerpo. No se lo niegues.


Cuando un recién nacido aprende en una sala de nido que es inútil gritar... está sufriendo su primera experiencia de sumisión. (Michel Odent)

La escuela y la universidad necesitan un cambio

jueves, 12 de marzo de 2009


Un cambio profundo. El fracaso escolar no sólo se manifiesta por los que abandonan o suspenden, también por los que aprueban sin haber conseguido un aprendizaje duradero y de calidad.

El cambio que proponemos no puede venir de la mano del modelo tradicional, como reclaman algunos, ignorando que dicho modelo es el responsable del fracaso actual. Tampoco aplicando políticas neoliberales de mercantilización de lo educativo, como puede observarse en determinadas Comunidades Autónomas y en aspectos sustanciales de la reforma universitaria actual, ni trasladando a la escuela modelos neotecnológicos y empresariales de planificación y control de calidad, como es el caso de la implantación de incentivos salariales vinculados al rendimiento académico del alumnado. Las personas y su educación no son mercancías y la enseñanza y el aprendizaje no son meros procesos técnicos y productivos.

NO ES VERDAD que los docentes españoles tengan un exceso de formación pedagógica y un déficit de formación en contenidos. Todo lo contrario. Los profesores de secundaria, por ejemplo, después de cinco años de formación en una licenciatura centrada en los contenidos (Filosofía, Matemáticas, Historia, etc.) sólo han recibido, en el mejor de los casos, un curso de dos meses de duración donde se comprimen aspectos tan importantes para su futuro profesional como los siguientes: la psicología de niños, niñas y adolescentes; la importancia de la dimensión afectiva y social en el aprendizaje y en la autoestima; los diferentes modelos pedagógicos y didácticos que existen y sus resultados; la manera de seleccionar y formular los contenidos; el diseño de actividades para el aprendizaje de materias concretas; el uso didáctico de diferentes tipos de recursos, incluidos aquellos más próximos a la cultura cotidiana de los estudiantes; las formas de evaluar y sus repercusiones en la formación de alumnos y alumnas; las tendencias innovadoras en educación; la dinámica de los grupos humanos y el trabajo cooperativo; el funcionamiento de los centros y las relaciones con las familias y las normas legales existentes sobre el sistema educativo.

Pero hay más. En una profesión centrada en la práctica, los docentes de secundaria y de primaria han tenido una formación muy poco vinculada a los centros escolares (sería inimaginable algo similar en la formación de los médicos, por ejemplo). Por lo demás, en la universidad, donde, no lo olvidemos, se forma a los futuros docentes, no es necesaria ninguna formación pedagógica o didáctica para ser profesor. Es de justicia reconocer aquí el esfuerzo realizado por los docentes de nuestro país que han intentado dar respuestas a los problemas profesionales de su trabajo a pesar de su insuficiente formación inicial, de la cual, obviamente, no eran responsables.

No es verdad, por tanto, que haya un exceso de formación psicopedagógica y didáctica. Somos, en este sentido, una anomalía en relación con otros muchos países. Por eso, consideramos necesaria una profunda y urgente reforma de la formación inicial del profesorado que asuma, por fin, que para enseñar no basta con saber el contenido.

El cambio ha de venir de la recuperación y actualización de aquellas ideas y experiencias que han demostrado su capacidad transformadora. La Institución Libre de Enseñanza, la Escuela Nueva, la Escuela Moderna, las Misiones Pedagógicas, los Movimientos de Renovación Pedagógica, etc. son, entre otros, algunos ejemplos valiosos de nuestro pasado. Las aportaciones de ilustres docentes e investigadores como Giner de los Ríos, Freire, Freinet, Montessori, Rosa Sensat, Piaget, Vygotsky, entre otros muchos, o de intelectuales de prestigio mundial como Morin, también pueden iluminar este proceso de cambio.

Algunos principios orientadores de la escuela que necesitamos son los siguientes:

1.Centrada en los estudiantes y en su desarrollo integral (corporal, intelectual, social, práctico, emocional y ético).

2. Con contenidos básicos vinculados a problemáticas relevantes de nuestro mundo, buscando la calidad frente a la cantidad, la integración de materias frente a la separación.

3. Con metodologías investigativas que promuevan aprendizajes concretos y funcionales, al mismo tiempo que capacidades generales como la de aprender a aprender. Donde el esfuerzo necesario para aprender tenga sentido.

4. Con recursos didácticos y organizativos modernos y variados. Una escuela que utilice de forma inteligente y crítica los medios tecnológicos de esta época.

5. Con formas de evaluación formativas y participativas que abarquen a todos los implicados (estudiantes, docentes, centros, familias y administración), que impulsen la motivación interna para mejorar y que contemplen a las personas en todas sus dimensiones.

6. Con docentes formados e identificados con su profesión. Mediadores críticos del conocimiento. Dispuestos al trabajo cooperativo y en red. Estimulados para la innovación y la investigación.

7. Con una ratio razonable y con profesorado ayudante y en prácticas. Con momentos para diseñar, evaluar, formarse e investigar.

8. Con un ambiente acogedor, donde los tiempos, espacios y mobiliarios estimulen y respeten las necesidades y los ritmos de los menores.

9. Cogestionada con autonomía por toda la comunidad educativa. Que promueva la corresponsabilidad del alumnado. Comprometida con el medio local y global.

10. Auténticamente pública y laica. Con un marco legal mínimo basado en grandes finalidades y obtenido por un amplio consenso político y social.

No estamos planteando un espejismo. Hay docentes, estudiantes, padres y madres que están haciendo realidad esta escuela en muchos sitios, también entre nosotros. Que deje de ser testimonial requiere voluntad política, compromiso social y visión largo plazo, como han demostrado otros países.

Por eso, frente a la enseñanza tradicional que padecemos, afirmamos que:
Otra escuela es necesaria, ya existe y es posible.

El ñiño feliz. Su clave psicológica (II)

viernes, 6 de marzo de 2009


EL FENÓMENO DE LOS ESPEJOS

El espejo más importante de los niños son sus padres y aquellas personas que pasen con ellos periodos prolongados de tiempo.

Antes de comprender el significado de las palabras los niños reunen activamente miles y miles de impresiones acerca de si mismos. Impresiones que le llegan del lenguaje corporal de quienes lo rodean. Estas impresiones se materializaran en enunciados definidos acerca de si mismo como persona. Se tratan de elementos capaces de almacenar fuerzas tremendas.

La autoestima provienen de las reflexiones positivas que se hagan en torno al niño. Las palabras deben acompañar sentimientos verdaderos, ya que la alta autoestima no proviene de la adulación. Para componerse autoimágenes de personas verdaderamente adecuadas, los niños necesitan experiencias vitales que prueben que ellos son valiosos y dignos de que se los ame. No basta con decir al un niño que él es especial, la experiencia habla con más fuerza que las palabras.

Todo niño se valora a si mismo tal como ha sido valorado.

El niño llega a conclusiones acerca de quién es él, de acuerdo con sus propias comparaciones de si mismo con los demás, y de acuerdo también con las reacciones de los demás ante él. Las actitudes de los demás ante la capacidad del niño son más importantes para él que la posesión de cualquier rasgo particular. El hecho de cualquier incapacidad le resulta mucho menos vital que las reacciones que dicha incapacidad suscita en quienes lo rodean.

Cuanto más se adapte el autoconcepto de una persona a sus verdaderas habilidades, aptitudes y potenciales, tanto más probable será que esa persona alcance el éxito, ya que será también más probable que se considere a si misma como adecuada.

Ningún niño puede verse a si mismo de forma directa; sólo lo hace en el reflejo de si mismo que le devuelven los demás. Sus "espejos" moldean literalmente su autoimagen. La clave del tipo de identidad que el niño se construye se relaciona directamente con la forma en que se lo juzga.

Toda identidad positiva se articula de experiencias vitales positivas.

El ñiño feliz. Su clave psicológica (I)

miércoles, 4 de marzo de 2009

Este va a ser el primero de una serie de post en los que voy a resumir aquellas claves que este libro me está descubriendo. No creo en verdades absolutas, pero se dan ideas muy interesantes que creo que si se sintetizan un poco pueden refrescarse facilmente. Allá voy...

BASES DE LA SALUD MENTAL

El libro habla sobre como se ha delegado la responsabilidad en la educación y salud mental de nuestros hijos en instituciones y profesionales, siendo la familia el pilar básico e insustituible de la misma.

Establece como el ingrediente fundamental de la salud mental la autoestima elevada. Definiéndola como un silencioso respeto por uno mismo, la sensación del propio valor, alegrarse de ser quien se es. Este respeto por uno mismo se fundamenta en dos convicciones principales:
  • Soy digno de que me amen (importo y tengo valor porque existo)
  • Soy valioso (puedo manejarme a mi mismo y a lo que me rodea con eficiencia. Tengo algo que ofrecer a los demás)
Lo que más afecta al desarrollo del niño es su sentimiento de ser amado o no.

Suma o resta


Este concepto se ha hecho muy importante en mi vida en los últimos meses.

Normalmente en casa, con los mios, me siento relativamente estable. Sin embargo en el momento que que me relaciono con grupos, siento en muchas ocasiones como hay gente capaz de restar o sumar (confianza, seguridad, buen rollo, etc.) a mi persona.

Tengo claro, que esto se debe a mi incapacidad para prestarle a la opinión de los demás la importancia adecuada. Lo que piensen los otros me importa demasiado, me hunde en la duda y me resta confianza en mi misma.

Las decisiones personales que he ido tomando para y por la crianza de mi hijo, me han colocado al margen de lo establecido socioculturalmente. Y ahora me doy cuenta que permanecer a una minoría no es fácil, por muy segura que estés de esas decisiones y de estar intentando hacer lo más adecuado. Al menos para mi.

¡Que no te importe lo que digan los demás!, fácil de decir e incluso de argumentar, pero cuando afecta a un mar de dudas, como es mi caso... no tan fácil. Me digo, deja de sufrir y disfruta por una vez en tu vida del momento. Y los ojos de mi hijo me devuelven al paraíso. Que haría sin él?.

La clave, creo que se encuentra en el respeto. Cuando escuchas cosas bonitas sobre ti, te llenas de orgullo. Sin embargo no creo que necesitemos adulaciones, lo que todos necesitamos es comprensión y respeto. Empatía.

Cuando dos posturas que no se parecen se escuchan y respetan, se complementan en sus debilidades y suman. Cuando nos mostramos suspicaces, incapaces de escuchar alternativas por temor a sentirnos cuestionados y sembramos barreras de dogmas, restamos. Restamos oportunidades, interacciones sanas, confianza.

En el sistema actual mucha gente no se permite la duda, se anclan en lo establecido sin resquicios y alzan muros para no tener que sufrir. Pero todo pasa factura, a la familia, a la sociedad y al mundo.

Sólo los tachados de "iluminados" sufren la conciencia de saber que lo establecido no tiene porque ser lo mejor, de debatirse entre alternativas que lo alejan de muchos pero lo sitúan en algo parecido a la paz interior (aunque para muchos nunca llega), de complicarse la vida para simplificarla, de querer sumar y que les sumen. Pero es cansado, muy cansado.

Quisiera que mi cabeza dejara alguna vez de funcionar, y me imagino que lo hace, pero a veces me siento agotada. Pero no me queda alternativa. Quien es iluminado e algún momento de su vida por la circunstancia que sea ya no volverá nunca al mundo de los dogmas, tendrá que sufrir la condena de ser feliz conscientemente.

Días difíciles

jueves, 29 de enero de 2009


Muchos días han pasado desde mi último post. Hoy escribo sin querer remover, pero sin poder evitarlo. A modo de cura, espero.

Han sido días dificiles que han terminado de forma drástica y quizás hasta cruel. No ha sido justo que haya tenido que pasar por esto, no ha habido justicia en este trance.

No ha habido oportunidad de dejar pasar..., no era el momento..., era lo más sensato.

De este tipo de deciciones se conforma nuestro destino, que diferente podría haber sido la vida, no digo mejor, no digo peor, sólo diferente.

Pero no era mi vida, ojalá hubiera podido cambiarme por ella. No era mi decisión, no era el momento..., era lo más sensato.

Nunca sabremos como hubiera sido. Sólo sé que yo ya lo quería, ya era parte de mi vida. Lo llevaré en el pensamiento por mucho tiempo, quizá toda la vida.

Ha sido valiente por su futuro... La entiendo, no era el momento..., era lo más sensato. Pero el corazón me duele, me imagino que como a ella, aunque espero que no sea consciente, que no haya llegado a serlo. Y cure y sane y olvide.

No era el momento..., era lo más sensato.

Esos Locos bajitos.

viernes, 9 de enero de 2009


ESOS LOCOS BAJITOS

A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.


Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.


Niño, deja ya de joder con la pelota.
Niño, que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.


Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir.


Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada y en cada canción.


Niño, deja ya de joder con la pelota...


Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día nos digan adiós.


Al escuchar hace poco esta canción después de muchos años he descubierto en ella una nueva canción. Aprendí la letra de memoria desde muy pequeña y la recordaba tierna y bonita. Hoy que la escucho con otra "conciencia" me parece... Me parece que resume los dogmas y prejuicios con los que nos criaron nuestros padres, también los miedos por no estar haciéndolo del todo bien. Padres de la generación de Serrat.

Aún así me sigue despertando ternura recordar a mi padre cantándola con su falta de oído...

La salud primal

viernes, 2 de enero de 2009

El periodo primal (primario o primero) incluye la vida fetal, el tiempo durante el que transcurre el nacimiento y el año siguiente al nacimiento.


La palabra salud designa la manera de funcionar del sistema de adaptación primal en su conjunto. Este sistema de adaptación primal es un todo y lo forman el cerebro primal (cerebro subcortical), el sistema inmunológico y el sistema endocrino.


Las diferentes partes de este sistema se desarrollan, se regulan, se ajustan durante la vida fetal, durante el periodo perinatal y durante el primera infancia. Al finalizar la primera infancia el sistema de adaptación primal ha alcanzado su madurez. Michel Odent llama salud primal a los niveles de equilibrio conseguidos por ese sistema al finalizar la primera infancia. La salud primal se construye durante todo el periodo de estrecha dependencia de la madre, primero en el útero, luego durante el parto y después durante el periodo de lactancia. Todos los acontecimientos que tengan lugar durante este periodo de dependencia de la madre influyen sobre ese estado de salud de base que llamamos salud primal.


Los diferentes elementos del sistema de adaptación primal llegan a su madurez muy pronto, durante el periodo de dependencia de la madre. En esto se opone el cerebro nuevo, el córtex o neocórtex, que incrementa sus potencialidades hasta una edad muy avanzada si el entorno es suficientemente estimulante.


Al final del período primario estamos en un estado básico de salud denominado salud primaria, por tanto salud no es ausencia de enfermedad sino como de bien funciona el sistema adaptativo primario. El objetivo de las investigaciones de salud primal es explorar las correlaciones entre el período primal y lo que ocurre de allí en adelante.


La maduración del sistema de adaptación primal:


"Es más constructivo interesarse por el modo en que se construye la salud de un feto o de un bebé que conocer el nombre de las enfermedades a las que está expuesto por su ADN"

Michel Odent


La ciencia de los últimos años no sólo sugiere la unidad del sistema que llamamos Sistema de Adaptación Primal, sino que también proporciona los medios para comprender que ese sistema se desarrolla y alcanza su madurez durante el período de estrecha dependencia de la madre.


1) El Sistema Nervioso Central: El cerebro primal (capas subcorticales de S.N.C.: el sistema límbico, cerebro mamífero o cerebro emocional y el cerebro reptiliano).


El cerebro primal no sólo es el cerebro arcaico, el más antiguo como seres vivos, sino también el más antiguo de la historia de cada ser humano en tanto que individuo. Este cerebro primal, subcortical, alcanza su madurez pronto en la vida del ser humano, es decir durante la vida fetal, durante el período de nacimiento y durante la primera infancia. Eso implica que las informaciones que llegan al cerebro durante esos períodos determinan importantes etapas de su desarrollo. El hipotálamo recibe directamente importantes informaciones del medio externo e interno a través de los órganos sensoriales y de otros receptores (propioceptivos, etc...). Como ya recogía la medicina tradicional oriental, hoy estamos en la disposición de afirmar que las estimulaciones sensoriales tiene la función de aportar energía al cerebro. Un déficit de estimulaciones sensoriales durante el periodo primal puede tener consecuencias definitivas. Durante la vida fetal, la parte del oído interno que informa sobre los movimientos del cuerpo y que mas tarde asegurará el equilibrio (el sistema vestibular) alcanza, al parecer muy pronto, la madurez. El sistema vestibular del feto está constantemente estimulado cuando la madre camina, cambia de postura, baila, etc.., podemos imaginar el efecto del reposo absoluto en una embarazada en relación al déficit de estimulaciones sensoriales para el feto. La parte lateral del hipotálamo tiene células especializadas cuya función es transformar en placer ciertas estimulaciones sensoriales. El período durante el cual el cerebro primal llega a la madurez podría ser el tiempo en el que la capacidad de sentir placer, la capacidades hedonistas, se desarrollan. La ciencia moderna puede ahora comprender que el ambiente influye en la manera en la que el hipotálamo se ajusta, alcanza sus niveles de equilibrio al principio de la vida. También el desarrollo del nacimiento es una etapa crítica que determina lo que será el comportamiento sexual del adulto.


2) El Sistema Endocrino.


El perfil hormonal en su conjunto se ajusta durante el periodo primal. Las diferentes partes del sistema de adaptación primal alcanzan su madurez de manera sincrónica. El sistema hormonal madura precozmente. En el feto la glándula hipofisaria está muy pronto en condiciones de segregar todas las hormonas hipofisarias conocidas y no segrega ninguna hormona que sea específica de la edad fetal. Lo que es específico del sistema hormonal del feto es que se desarrolla en un ambiente muy rico en hormonas placentarias y, en menor grado, de hormonas maternas. En cuanto el feto alcanza la edad de 11 semanas y media, se establece un encuentro entre los vasos de la eminencia media (lo que se convertirá en el hipotálamo) y la glándula hipofisaria y ya el hipotálamo parece controlar la hipófisis. En el caso particular de las hormonas del estrés, las diversas variaciones de la secreción de ACTH (hormona adrenocorticotropa o corticotropina) están ya establecidas a los tres meses de vida fetal.


3) El Sistema Inmunológico.


El sistema inmunitario es muy antiguo, la fagocitosis es tan antigua como los seres unicelulares, los protozoos. Los tejidos linfoideos, el timo, el bazo, los anticuerpos, son tan antiguos como los más antiguos de los vertebrados y el sistema inmunitario de todos los mamíferos es comparable al de los humanos. Las células linfoideas y el timo aparecen a partir de la octava semana. Gracias a estos tejidos el feto puede producir anticuerpos de gran peso molecular (Ig M) si la madre transmite una infección bacteriana. Pero, normalmente, cuando nace el bebé no tiene más que anticuerpos de pequeño peso molecular (Ig G) que han atravesado la placenta. A partir del nacimiento el sistema inmunológico del bebé necesita ser estimulado. Entonces hay un período crítico hasta que los Ig M llegan a su tasa definitiva (hacia los nueves meses de edad). Durante este período el bebé está protegido contra las infecciones que su madre tuvo en el pasado gracias a los anticuerpos de pequeño peso molecular que atravesaron la placenta. También está protegido gracias a anticuerpos especiales llamados Ig A y gracias a diversas sustancias antiifecciosas aportadas por el calostro y la leche. Además la composición de la leche materna favorece el desarrollo en el intestino del bebé del lactobacilo que se opone a la multiplicación de microbios peligrosos. El buen equilibrio microbiano en el intestino del bebé es lo que estimula la producción de anticuerpos Ig A.


Lo más destacable de todo esto es que las diferentes partes del sistema de adaptación primaria se desarrollan simultáneamente y alcanzan su madurez durante el período de dependencia de la madre, siendo éste otro indicativo de su unidad como sistema.


El Centro de Investigación de Salud Primal del Dr. Michel Odent cuenta con un banco de datos de cientos de referencias de estudios en revistas científicas y médicas. Todos estos estudios han investigado la relación entre el periodo primal y la salud y la conducta durante la vida. Según estos datos cuando la gente presenta alguna dificultad para amar siempre aparecen factores de riesgo durante el período perinatal.


1. Factores de riesgo en el periodo perinatal:


· Criminalidad juvenil: Universidad de los Angeles, Adrian Raine. El riesgo de violencia criminal a los 18 años lo relacionaban con temprana separación de la madre o rechazo por parte de ella.

· Salk y otros (New York), uno de los principales factores de riesgo para cometer suicidio en la adolescencia era la reanimación durante el nacimiento.

· Bertil Jacobson (Suecia), el suicidio por asfixia íntimamente relacionado con asfixia durante el nacimiento y suicidios violentos con algún tipo de instrumental relacionados con instrumentalización durante el parto.

· B. Jacobson y Karin Nyberg correlacionaron la ingesta de analgésicos durante trabajo de parto con riesgo de drogadicción en la adolescencia.

· Niko Tibergen (Nobel 1973) predisposición al autismo por utilización de fórceps, nacimiento bajo anestesia, reanimación e inducción del parto.

· Ryoko Hattori (kumamoto, Japón) evaluó los riesgos de sufrir autismo (trastorno de la capacidad de amar) según el lugar de nacimiento debido a prácticas hospitalarias (inducción al parto semanas antes, usos de sedantes, anestesia o analgésicos en el trabajo de parto).


La mayoría de los estudios han confirmado la relación existente entre como la gente nace y distintas formas en la alteración de amar (a uno mismo y a los demás).


2. El estado emocional de la madre:


También hay estudios que evalúan las posibles consecuencias a largo plazo del estado emocional de la madre durante el embarazo, pudiendo haber efectos a largo plazo en aspectos como la sociabilidad, la agresividad, o el desarrollo de alguna alteración en la capacidad de amar:

· Un estudio de dos psicólogos en Finlandia concluyó que los niños cuyos padres murieron durante el embarazo presentaban mayor riesgo de criminalidad, alcoholismo y desequilibrio mental.

· Estudios con niños de embarazos no deseados en Gotemburgo (Suecia) concluyeron que el índice de sociabilidad de estos niños era menor.

· En este mismo sentido un estudio mas extenso en Finlandia (1966) concluyó que el riesgo de esquizofrenia era significativamente mayor en bebés cuyas madres no deseaban el embarazo. La esquizofrenia se puede presentar como una alteración en la capacidad de amar ( la persona está separada o ausente de la realidad)


3. El papel de la hormona cortisol (corteza suprarrenal) en la salud primal :


Se han encontrado niveles altos de cortisol en estados de ansiedad crónica, depresión, duelo, estrés crónico y trastornos psicológicos maternos en el embarazo. Sea cual se el aspecto de la infelicidad que uno considere, el nivel de cortisol siempre es alto. El cortisol es un inhibidor del crecimiento fetal, en concreto del desarrollo cerebral, aunque un enzima producida por la placenta (II beta-hidroxiesteroide deshidrogenasa) puede, hasta cierto punto, proteger al feto al transformar el cortisol activo en cortisona inactiva. El estudio Avon ha analizado el papel del cortisol y entre otras cosas ha concluido que la ansiedad materna durante el embarazo esta significativamente asociada a las diferencias individuales en el nivel de cortisol al despertar y al atardecer. La ansiedad durante el embarazo puede constituir en los humanos un mecanismo capaz de producir una predisposición mayor a las psicopatologías en niños y adolescentes. El trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA) se inserta en este ámbito y ah sido relacionado con la ansiedad materna durante el embarazo. En la base de datos del Centro de Investigación de Salud Primal hay algunos estudios que han explorado los efectos en la edad adulta de una gran variedad de estados emocionales maternos durante el embarazo asociados con niveles de cortisol altos: el efecto del duelo, los embarazos no deseados, etc... El estado emocional de la madre durante el embarazo tiene un efecto mayor a largo plazo sobre el niño que el estado emocional que tuviese durante el año siguiente al nacimiento.


La primera obligación de todos aquellos que atienden a las embarazadas es proteger su salud emocional.


4. El papel de la nutrición en la salud primal:


También hay que valorar, en relación a la salud primal, el papel de las deficiencias nutricionales, particularmente la de ácidos grasos esenciales omega 3, que exacerban los trastornos depresivos. Es posible que las deficiencias de estos ácidos hagan disminuir los niveles de serotonina en períodos críticos de desarrollo neurológico. También son de vital importancia las prostaglandinas de la serie 1 cuyo precursor es el ácido graso esencial GLA (ácido gamma linolénico, contenido entre otros en el aceite de borraja, onagra y grosella negra) y que su déficit es determinante en la aparición de todas las enfermedades llamadas de civilización (hipertensión, alergias, enfermedades autoinmunes, cáncer, enfermedades víricas, obesidad, depresión, esquizofrenia, envejecimiento prematuro, reumatismo, alcoholismo, etc...)


BIBLIOGRAFÍA:


· La salud primal, como se construye y se cultiva la salud, Dr. Michel Odent, versión no editada traducida por Lourdes Pérez González (en venta en Clínica Acuario).

· La vida fetal, el nacimiento y el futuro de la humanidad, Dr. Michel Odent, Edit. Ob Stare.

· El bebé es un mamífero, Dr. Michel Odent Edit. Ob Stare.

Profesionales de la enfermedad

Desde que nació mi hijo he ido alejándome progresivamente de la medicina tradicional. Ha sido un impulso desencadenado por la cantidad de información que he consumido en estos meses.

Nunca había cuestionado los consejos médicos a pesar de que ahora creo que muchos de ellos no fueron adecuados, simplemente no se me ocurrió plantearme su validez. Tampoco he necesitado nunca ir demasiado al médico, siempre me he encontrado bastante sana y no he tenido la necesidad. Pero cuando una vida depende de tus decisiones comienzas a cuestionarte absolutamente todo. Después de muchos meses de "dudas" saco en claro una cuestión:

Muchos de los médicos que ocupan las consultas son expertos en mitigar síntomas de enfermedades, raramente son capaces de curarlas, sobre todo si se refieren a una esfera psico-física y casi nunca buscan el origen fuera del azar. Se convierten a mi modo de ver en profesionales de la enfermedad, no de la salud. Expertos en diagnosticar, poner nombre inteligibles y recetar pastillas como churros, más preocupados por eliminar el síntoma de forma inmediata que de las consecuencias futuras de sus prescripciones.

El consumo masivo de fármacos es parte de su vida, los recomiendan sin resquicios y los consumen de igual forma. Lo importante es no tener contacto con el dolor. Para que sufrir si puede evitarse.

Todo esto me hace pensar... No sería más importante ir al origen del malestar. No sería más importante promocionar la salud desde el nacimiento (o incluso antes) y evitar que nuestros sistemas inmunes se sientan inútiles. Seguimos sin confiar en la naturaleza... No la dejamos expresarse.

Se medicalizan los partos para desconectarnos del dolor, se interfiere en la lactancia materna por la comodidad de la madre y el bebe, se recetan multitud de fármacos para que la fiebre y los mocos no interfieran en el vertiginoso ritmo de vida de padres que trabajan muchas horas.

Sin duda hay profesionales maravillosos que se ocupan y preocupan por aprender todos los días y tratan de escuchar a sus pacientes, preguntándoles por como se sienten y no por lo que les sucede. La cuestión es, por que es tan difícil encontrarlos.

 
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